Editorial

Mythicall o la llamada del mito

Los mitos son antiguos relatos narrados junto al fuego del hogar, nacidos del asombro del individuo ante la Creación, surgidos de la imaginación poética de aquellos antepasados que alimentaron con sus propios miedos y esperanzas las vidas de personajes de ficción. La invención del mito es la forma en la que el ser humano ha tratado de completar su visión del mundo y de sus verdades esenciales, cuando éste se muestra insondable, enigmático e inabarcable.

La extrema fragilidad del mundo actual se pone de manifiesto frente a una pandemia, al cambio climático o a otra nueva guerra y, entonces, el ser humano busca la solución o el escapismo a esos conflictos en una digitalización deshumanizada, en una globalización alienante o en el artificio de la inteligencia artificial. Busca en el seno de dichos conflictos las herramientas con las que solucionarlos. Sin embargo, los hombres y mujeres del siglo XXI, aunque desorientados en la encrucijada del moderno laberinto, nos seguimos asombrando ante la belleza de lo que nos rodea y también ante otra desconocida belleza, sólo intuida, a través de las artes, más allá del gran misterio. Pero, para abordar los grandes enigmas, el ser humano debe arrojar nuevas luces sobre aquellas partes de su propio relato que el conocimiento científico, la prosaica tecnología y la razón no han logrado iluminar aún.

El legendarium de Tolkien, como si fuera una mitología creada para redimir de su prosaísmo al mundo actual, consiste en el canto a una prístina belleza ya perdida, y en el anhelo y la esperanza de atisbar su futura restauración. Así, Tolkien logra iluminar nuestra realidad mediante el canto de unos versos o el relato casi olvidado de unos hechos imaginarios.

Como siempre, en el momento crucial del mundo, surge la llamada de lo mítico; la llamada a recordar arcaicas historias contadas junto al fuego y a cantarlas ahora con nuevas melodías; la invitación a imaginar mundos posibles y a escuchar sus paisajes musicales. En este momento crítico del mundo brota la vocación incontenible de glosar, con un verso sobre un arpa, la maravilla de una belleza inmaculada que, como en el poema de Galadriel, los hombres mortales jamás podrían imaginar; o de cantarle a la belleza que se nos regala cada día en este nuestro mundo que, aun en decadencia, conserva el anhelo y la esperanza del regreso a una pureza original. En esta encrucijada, atendiendo a “la llamada del mito”, nace Mythicall, tratando de añadir con sus creaciones un verso más al inacabable poema del mundo. 

Todos los seres que pueblan el mundo tolkieniano poseen su propia lengua y una tradición oral en forma de antiguos cantos que han sido casi olvidados. Literalmente, sus personajes viven en un mundo “encantado” porque, desde la belleza del verde de la hierba hasta las grandes gestas heroicas, todo es digno de formar parte del gran cantar.

Sabiendo que había creado un mundo ficticio pero vivo y real, el propio Tolkien llegó a sugerir la posibilidad de que su legendarium fuera completado y enriquecido, más allá de sus libros, por otros artistas y desde otras disciplinas artísticas. 

Mythicall, a través de la música, la poesía y la danza, propone un espectáculo interdisciplinar basado en la musicalización e interpretación de algunos de los poemas y relatos que nos han llegado por boca de los personajes que pueblan el mundo ideado por Tolkien. Así, Mythicall alimenta la tradición oral imaginaria, pero con el deseo de contribuir al “reencantamiento” de nuestro mundo. 

Las canciones sobre relatos y versos de Tolkien son la puerta para entrar en un mundo pleno de fantasía y lirismo donde personajes ficticios retratan las verdades más hondas de hombres y mujeres de siempre cuyos nombres, ya olvidados, aún nos designan hoy.

Si recordar es, etimológicamente, volver a pasar por el corazón, la música de Mythicall y los textos de Tolkien son la oportunidad de recuperar la memoria que nos define y que nos llega, aun desde un pasado imaginario, cargada de emoción y de belleza.